“En todas partes se
cuecen habas”
Es una frase con doble sentido muy utilizada en España
que data de la época en la que los judíos y musulmanes confesaban el
cristianismo públicamente para no ser expulsados por los Reyes Católicos
mientras, en sus aposentos, se doblegaban a sus costumbres religiosas.
Los orígenes dominicanos de las dulces habichuelas y su vínculo con la muerte del hijo de Dios son tan inciertos como la ingente cantidad de nombres que la legumbre posee. Desde los frijoles oriundos de las tierras indígenas, para quienes era un alimento tan común como lo es hoy en toda Latinoamérica, hasta las habas y sus derivados, parte de los cuales se atribuyen a un origen árabe, por ser estos los libertadores de los granos que durante la Edad Media se cultivaban en Europa para animales y como complemento alimenticio de los pobres. Los árabes, que eran conocedores, sabían que eran muy saludables y desarrollaron sistemas avanzados de cultivos y promovieron su consumo.
Otras versiones atribuyen algunos de sus nombres a los judíos,
no por ser ahorradores, sino por su costumbre de guardar el Sabbath, y por eso las
cocinaban el viernes para comerlas en sábado de descanso. Esta versión les
hace sentido a los dominicanos que, desde que un miércoles antes de primavera la cuaresma nos arrodilla para estamparnos su sello de entrada, y no hay un
fin de semana donde no se cuezan habichuelas con dulce, mejor dicho, no se
coman porque gracias a nuestro Señor, que murió por nosotros, la solidaridad
sigue latente entre familiares y vecinos, que mandan su cantinita o avisan que
pasen a recogerlas con batata, pasas y galletitas, para no perder la costumbre.
En este país brillante las redimimos, morimos por ellas y
celebramos su ascensión cuando suena el timbre que trasciende nuestras puertas.
asociamos las habichuelas con dulce con
la fecha de la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo, pero lo que la
mayoría no sabe es que las legumbres se cosechan en primavera y, aunque
nuestros hijos creerán que todas las cosas provienen del supermercado y que se
encontraron ahí siempre, en esta época del año y de manera natural, en todas
partes se cuecen habichuelas.
Excelente recuento histórico de este tan gustado postre de los dominicanos.
ResponderEliminarMuchísimas gracias.
EliminarMe encantó
ResponderEliminarMuchas gracias. Aquí a la orden
EliminarMuy bien estructurados como traes a colación la costumbre y su consumo..aquí tiene una dama cocinera débil por una habas con dulces ...estrella de postre cremoso y con técnica para elaborar...así es que buenisimooo el escrito!!!
ResponderEliminarMuchísimas gracias mi querida. Cuando vengas a mi casa, te preparo unas habas como la abuela en la olla clandestina.
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